La luz de cristo

La palabra "Cristo" que viene del griego "Jristos" (χριστός), es el término que homologaron los seguidores de Jesús a la palabra hebrea "Mashiaj (מָשִׁיחַ) que significa "ungido" o "untado".

Los ungidos eran los "elegidos" para un puesto o un cargo muy notable’ (como sumo sacerdote o como rey).

Para los esenios el concepto de "Cristo", hacía alusión a lo cristalino, a lo traslúcido, en lo espiritual al potencial de llegar a "cristalizar" el Ser interior, es así que el "cristo" debía de buscarse o formarse dentro de uno mismo.

En esa dirección, el concepto "Crístico" de los esenios afinó con el que proyectaron los apóstoles de Yeshúa...

"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones"…2 Ped. 1:19


"Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros"…Gál. 4:19

Yeshúa sería el mas perfecto "cristal", descrito como la piedra preciosa del ángulo dispuesta en la construcción de "Tzión celestial"…

"Por lo cual también contiene la Escritura: 
He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; 
Y el que creyere en él, no será avergonzado"…1 Ped. 2:6 

Además, como un Piedra preciosa y cristalina Yeshúa proyecta la luz de los cielos, El es la luz de la vida para los hombres, ya que El es la "palabra" o  el "logos" del "Altísimo" hecho "carne", y es aquí, dentro de este marco descriptivo de entre la luz y el cristal, que una analogía interesante se deja ver.

La luz mas potente en forma natural que llega al planeta procede de la estrella de nuestro sistema solar, esta luz es conocida como "luz blanca".

Esta luz al dar contra el cuerpo transparente de una formación cristaloide de caras no paralelas, se dispersa en una gama de luces de diferentes tonalidades que son las que en su conjunto realmente la constituyen .

En esta visión Yeshúa resucitado ascendió a las alturas para permanecer como  faro de cristal que alumbra con luces multicolores de vida eterna, las que permaneceran encendidas por los siglos de los siglos, iluminando a los incontables hijos de Dios  en el vasto universo.